Renzo Piano + Richard Rogers |
París, Francia [1970-1977]
Aún recuerdo el primer edificio que me impactó antes de entrar en la Escuela de Arquitectura, y es que el Centro Pompidou no puede dejar a nadie indiferente. Al ver esa superestructura en foto me sorprendió mucho, pero más aún su ubicación en el casco antiguo de París. Sin embargo, aun considerándolo fuera de lugar desde mi ignorancia, me sedujo al instante, así que vamos a intentar entenderlo un poco mejor conociendo su historia.
En 1970 tuvo lugar el concurso de arquitectura para el solar Beaubourg, comenzando así la andadura del que sería uno de los museos de arte contemporáneo más importantes del mundo.
El concurso contaba con un jurado internacional presidido por Jean Prouvé, uno de los arquitectos franceses que unían la tecnología a la arquitectura ya en los años 50, y el cual fue invitado por Le Corbusier en 1929 a formar parte de la Union des Artistes Modernes -UAM-. Gracias a él los ganadores fueron Renzo Piano y Richard Rogers, quienes en aquel momento tenían 33 y 37 años respectivamente, presentando un proyecto innovador basado en la tecnología. Cabe destacar que de los 681 participantes del concurso, los ganadores fueron los únicos que emplearon la mitad del solar para ofrecer una plaza pública al barrio, la cual hoy en día ha pasado a ser tan importante como el propio edificio.
Las obras comenzaron en 1972, y no fue hasta 1977 cuando el Beaubourg, otro de los nombres con que se le conoce, abrió sus puertas al público. Su impulsor, el por entonces Presidente de Francia Georges Pompidou, falleció durante el transcurso de las obras provocando el retraso de las mismas, pero finalmente la apertura del centro fue todo un éxito.
Aun así, el edificio suscitó una enorme polémica entre los parisinos, quienes consideraban a este gigante como una amenaza. Es divertido recordar los diferentes apodos que han acompañado al Centro Pompidou, como Nuestra Señora de la Cañería –Notre Dame de la Tuyauterie-, Refinería de Petróleo o La Fábrica de gas.
Como ya os he avanzado, una de las partes más espectaculares del Centro Pompidou es la plaza pública, que cuenta con la fachada Oeste del edificio como telón de fondo. Ésta, con una ligera inclinación, baja 3’5 metros sobre el nivel de la calle, y penetra en el edificio por un nivel inferior para convertirse en el hall de entrada.
En un principio el proyecto contemplaba que hubiera una continuidad ininterrumpida entre la plaza y el hall, pero por motivos climáticos y de seguridad se acabó colocando un cerramiento acristalado.
Con la propuesta inicial, los arquitectos pretendían dar respuesta al debate que en los años 70 se daba entre los círculos de artistas, los cuales defendían que el arte debía permanecer en la calle para que lo pudiera disfrutar todo el mundo, y no constreñido en un edificio. De todos modos, la plaza no perdió su carácter y alberga actividades y obras relacionadas con el centro, como la gran escultura de Alexander Calder que se instaló de manera permanente en 2011.
Otro de los elementos que llama la atención en la plaza son los enormes tubos blancos con forma de periscopio, necesarios para la ventilación del aparcamiento que se ubica bajo todo el solar. Estos se encuentran enfrentados a la fachada principal del Centro Pompidou y siempre alineados, delimitando la calle de la plaza y hablando el mismo lenguaje que el edificio.
Para entender mejor la tipología del edificio, nos tendremos que remontar a los años 60, cuando el grupo inglés Archigram comenzaba su andadura. Éstos se inspiraban en la tecnología para proyectar imágenes neofuturistas, buscando romper con la arquitectura tradicional. Sus proyectos eran hipotéticos, por lo que se permitían todo tipo de excentricidades, usando incluso formas irónicas de ciencia ficción. Ahora bien, como dicen que una imagen vale más que mil palabras, creo que lo entenderéis mucho mejor con la siguiente ilustración, que muestra proyectos utópicos que en su momento revolucionaron el mundo de la arquitectura.
Aunque podríamos dedicar mucho más tiempo a Archigram, por ahora nos vamos a quedar con la influencia que tuvo sobre el Centro Pompidou. De hecho, éste fue la materialización de los ideales tecnológicos e infraestructurales de Archigram, siendo en su momento un brillante alarde de técnica avanzada. Así, podemos incluir al Centro Pompidou entre los precursores de la corriente arquitectónica High-Tech, que nacía en los años 70.
Dentro de este contexto, los arquitectos buscaban un volumen que fuera completamente flexible, con lo que acabaron convirtiendo el edificio en una enorme envolvente que libera por completo el interior. En un inicio esto se vio como una característica ideal, ya que se disponía de explanadas interiores de 7.500 m2 ininterrumpidos y fáciles de modificar. Sin embargo, esto obligó a construir otro ‘edificio’ dentro del volumen para poder disponer de superficie de pared para la exhibición de obras de arte.
Para conseguir estos espacios, el edificio cuenta con una estructura metálica bastante espectacular: 14 pórticos que salvan una distancia de 48m, separados entre sí 12,80m. Las vigas principales -tipo warren– tienen 45m de longitud y se apoyan sobre unos elementos de acero moldeado denominados gerberettes. Éstos son los responsables de transmitir las cargas a los postes verticales, que están estabilizados mediante cruces de San Andrés –forma de X-.
Pero, ¿cómo se defiende contra los incendios? Pues esta superestructura metálica cuenta con un sistema de conducción de agua en su interior, que se encarga de refrigerarla.
Todos los elementos de la estructura son perfectamente reconocibles en fachada, donde conviven con las instalaciones. Éstas últimas aparecen como tubos formando parte de la envolvente, sobre todo en el caso de la fachada Este, y liberando por completo el interior del edificio. Con un divertido código de colores, el visitante puede saber la función de cada uno de ellos: azul para la climatización, amarillo para los circuitos eléctricos, verde para la canalización de aguas, blanco para tomas y extracciones de aire, y por último rojo para la circulación de personas.
En la fachada principal es donde encontramos el tubo más impresionante que, con su parte inferior roja, se encarga de llevar a los visitantes a la última planta para disfrutar de un increíble mirador sobre la ciudad de París. Esto se consigue gracias a que su altura de 42m es superior a la máxima permitida en el barrio.
Me gustaría recordar que el Centro Pompidou no es tan sólo un museo de arte moderno, sino que también cuenta con una importante Biblioteca Pública de Información -BPI-, un Centro de Creación Industrial -CCI- y el Instituto de Investigación y de Coordinación Acústica/Musical -IRCAM-. Todo ello permaneció cerrado durante poco más de dos años, ya que en 1997 el Centro Pompidou cerró sus puertas para someterse a una profunda renovación. Además de la rehabilitación arquitectónica, se cambió la configuración de algunos elementos, como el acceso a la biblioteca pública o el acceso libre al mirador, que ahora solo pueden disfrutar los usuarios del museo o la biblioteca.
Para acabar, hay que destacar que el Centro Pompidou cumplió con creces el objetivo de su fundador, que era revitalizar la deteriorada zona del barrio Beauboug. Pero no solo eso, sino que ha pasado a ser un icono en el mundo de la arquitectura, aparte de ser uno de los museos más importantes del mundo. Hoy en día es una visita imprescindible en la ciudad de París, y un lugar perfecto donde pararse a descansar mientras se callejea por los pintorescos barrios de Le Marais y Les Halles.
Que estupendo edificio!! Y que recuerdos que guardo de él y de la visita que hice cuando estudiaba arquitectura! Fue un viaje de verano con amigos (ninguno arquitecto), y todos ellos quedaron impresionados por la potencia y la «atemporalidad» del volumen pese su lenguaje tan rotundo. Yo también pienso que uno de los mayores aciertos del proyecto es la relación tan estrecha y medida con esa maravillosa plaza, que da por un lado dimensión al edificio y por otro un espacio muy disfrutable… cuando paseo por delante del Macba de BCN no dejo de pensar que Meyer copió la misma estrategia. Por algo dicen que los buenos arquitectos son los que saben copiar las buenas ideas, no?
Fantástico blog Helena!
Muchas gracias por tu comentario Alexis! Aparte de hacerme ver el Macba con otros ojos… me ha encantado!
Un abrazo
Su articulo me ha parecido muy interesante y ese edificio me encanta, sin embargo pienso que hubieran podido hacerlo en otro lugar como muchos otros edificios y monumentos modernos de París . Soy colombo francesa y al ver como en Colombia no hay una protección de la Historia arquitectonica y todo se vuelve Miami, arrasando con la memoria de un pueblo, admiro mucho el respeto con el cual se construye en París.
Muchas gracias por tu comentario, Maria!
Bueno, simplemente quiero felicitarte por el desarrollo de artículo: Muchísimas felicidades…!
Muchas gracias Frank! Un abrazo
Gracias por tu artículo, Helena. Un abrazo.
Gracias Pedro. Un saludo
Siiiii. Veramente stupendo edificio
Así es Tosi davide! Un saludo
Congratulations Helena for your entry. It reminded me my last visit to Paris, last August. I’m agree with you in all your assesses and thank you for the additional information. It’s a building that achieves success in its design as well as in the urban proposal.
Thanks Rafael! I’m glad you like it. Best!
Impresionante!! eso pensé sobre este edificio cuando visite Paris hace unos años, gracias como siempre por la información adicional.
saludos cordiales Helena.
Gracias Mary!!